Hola, hoy en el hombre y los estudios quería hablaros de una especie en crecimiento que es: “el repetidorus no sapiens” o mas bien conocido como el repetidor común de curso, esta especie de estudiante suele medir de 30 a 50 centímetros más que sus compañeros a lo alto…. y a lo ancho, bueno aquí os voy a contar la historia de mi amigo “el pipas” que es el claro ejemplo de esta especie, el lleva repitiendo curso toda su vida, primero suspendió el parvulario por no saber hacer círculos con el lápiz, no me preguntéis como pero siempre le salían rectas, aún hoy siguen estudiando el porque, cuando estaba en cuarto de primaria ya fumaba, pero lo más sorprendente es que cuando estaba en 2º de E.S.O. se casó, pero lo mejor es que por lo visto su hijo le hace “booling” en clase, como venganza a los castigos que le pone en casa por no hacer los deberes, que yo cojo y le digo pipas tío no le castigues que tu a tus 35 años sigues en 3º de E.S.O. normal que te haga “booling, y bueno llegados a este punto todos os preguntareis, ¿de donde sale el repetidor?
Pues el repetidor surge a principio de curso cuando se pone a pensar en donde esconder las notas, o en la excusa que les pondrá a sus padres, bueno yo tengo otro amigo, ya se que os parecerá raro pero si!! tengo dos amigos, pues eso tengo otro amigo “el chorras” que le llegaron las notas a sus padres un año y le dicen:
_ Haber Pablo, ¿que son todos estos ceros que hay en tus notas?
Y el decía:
_ No papa eso no son ceros eso son oooooooohhhh!!!! de admiración de parte de los profesores, de lo bien que lo he hecho este trimestre.
_ Claro hijo, claro, ¿y estos unos?
_ Coño papa pos los signos de exclamación.
Y así se pasó la vida contando la misma historia de los oooohhhh de admiración, y ahí sigue haciendo 2º de primaria casado y con dos hijos estudiando en la universidad.
Aunque bueno yo también era de esos estudiantes, bueno he de decir que yo por lo menos una vez saqué un dos, y mi madre siempre me decía:
_ Hijo mío tu pasa de curso eh, pasa de curso.
Y claro pues yo pasaba del curso, del profesor y de todo, y mi madre me decía:
_ Ahí hijo mío, así nunca llegarás a ser nada en la vida.
Y así he acabado, escribiendo monólogos.